Supervisores y referentes de los niveles Inicial y Secundario hicieron sus aportes en las instancias de trabajo participativas habilitadas por el Ministerio de Educación para enriquecer el proceso de elaboración de los diseños curriculares provinciales.
El espacio sirvió para que se socialicen las experiencias pedagógicas que llevan adelante las escuelas de cada una de las regiones de la Provincia, explicó la directora de Planeamiento Educativo de la Secretaría de Innovación y Calidad Educativa, Guadalupe Bravo Almonacid.
Además señaló que los asistentes “resaltaron la importancia de la participación activa de los docentes de las secundarias en el proceso de elaboración de los diseños y también que, en este proceso, hay que tener en cuenta las competencias de los títulos de los docentes que habitan hoy estas escuelas”.
Asimismo, destacó la importancia de “construir consensos con los distintos actores que intervienen en el curriculum en este proceso de elaboración. La Provincia viene con más de 20 años sin diseños curriculares para la totalidad de las secundarias orientadas y si bien esta tarea se va a realizar de la mejor manera posible, es un trabajo que no se agota en la aprobación del documento que se pretende para este año. Se plantearán plazos para su revisión y el próximo año se trabajará en la elaboración de documentos que tienen como finalidad ser una guía para el docente en lo que refiere al desarrollo curricular”, agregó Bravo Almonacid.
En la mesa de trabajo, las supervisoras de nivel Inicial trabajaron sobre su rol en el nivel y plantearon la necesidad de ofrecer desde los lineamientos curriculares un marco que aborde la unidad pedagógica del nivel inicial, la diversidad de las configuraciones familiares, las concepciones establecidas en la ley de Educación Sexual Integral, el juego como contenido, el desarrollo personal y social, la alfabetización cultural, el sujeto de educación como sujeto de derecho y aprendizaje; y la función pedagógica desde el nivel maternal a sala de 5. Las supervisoras del nivel insistieron en que los diseños curriculares deben ser una herramienta que guíe la práctica del docente que está en la sala.